Uno cree que exponiendo a las personas al límite van a ponerse un freno, a darse cuenta que viven en una cornisa continuamente y están por perder groso... Pero no. Hay gente que prefiere perder a toda su familia, amigos, todo lo que tiene,
antes que dejar de pensar en sí mismos.
Antes que dejar de ser un hijo de una gran, gran, gran puta.