Time doesn't exist.
Clocks do.

lunes, 24 de octubre de 2011

No tuvo ni tendrá la sangre fría, ni la mente clara y calculadora.

En tres semanas que parecieron años perdió las ganas de dormir y 5 kilos y en fashbacks de celos aún siguen llegando las frases que nunca debió haber leído. En esa espiral la lógica duerme, lo atávico al fin sale de reposo y no hay contraseña, prudencia, ni pin que aguante el embate de un cracker celoso. Y la obsesión desencripta en lo críptico, viola lo mágico, vence a la maquina y tarde o temprano nada es secreto en los vericuetos de la informática. Tarde o temprano nada es secreto.