Lo que vuelve una tormenta eterna de tsunamis, tornados y plaga de dengues a lo que vivimos es que eras casi mi hermano gemelo, el que siempre quise tener. La compañía más perfecta a mis días que haya conocido jamás. Y eras tan, pero tan yo... que pasados un par de meses necesitaste un respiro. Eso pasa. Yo no lo necesité. Me basta y me sobra para retenerte en la lista negra hasta el último día de mi vida amorosa.