Time doesn't exist.
Clocks do.

viernes, 24 de agosto de 2012

Una cama se llena y otra se vacía.

Me voy a quedar eternamente sola, porque no soporto el concepto de infidelidad. Se me eriza la piel y siento el mayor de los escalofríos de sólo imaginar que alguien forma un vínculo paralelo al tuyo, sea con el pensamiento, con los actos, con las palabras (que es tan común olvidarlas). Es tan fácil ser infiel, tan sencillo sentirse engañado. Y aunque sea lo que más quisiera en esta vida, no voy a ser capaz de tener hijos, de tener nietos, de formar un hogar, de volver a estar en pareja estable y seria, por ese miedo de repetir historias y volver a sentirme así de nadie, así de olvidable y  reemplazable. Hasta por mi propio papá.


La vida también es aquellos mensajes,
la llamada hecha desde la esquina.
Poco de negocio tenían los viajes,
todo de su amor, aquella oficina.
[...] Clara, evidente, manda la libido...
La fidelidad, brumosa palabra, con su incierta lista de gestos prohibidos,
muerde siempre menos de lo que ladra.
¡muerde siempre menos de lo que ladra!